
Con sólo mirarme me liberas,
aunque yo me haya cerrado como un puño
siempre abres
pétalo tras pétalo mi ser,
como la primavera abre con un toque
diestro y misterioso su primera rosa.
Ignoro tu destreza para cerrar y abrir
pero, cierto es que algo me dice
que la voz de tus ojos
es más profunda que todas las rosas.
Nadie, ni siquiera la lluvia,
tiene manos tan pequeñas
E.E Cummings

Amo mi cuerpo cuando está con
tu cuerpo, es un cuerpo tan nuevo
de superiores músculos y estremecidos nervios.
Amo tu cuerpo, amo sus actos,
amo sus preguntas, amo, palpar las vértebras
de tu cuerpo y tus huesos y la estremecida
firme suavidad a la que quiero
una y otra vez
besar, amo este beso, esto y aquello de ti,
quiero frotar suavemente el sacudido vello
de tu eléctrica piel, y lo que sea acabe
en dividida carne... y los grandes ojos, trozos de amor,
y tal vez la estremecida emoción
tan siempre renovada de estar sobre ti.
E.E Cummings
